lunes, marzo 21, 2011

Rest: Capítulo 22


Sí, estoy usando las fotos antiguas, pero ssshhh! xD


Luego de año nuevo, mi relación con Billie se había vuelto oficial; y a nadie en su casa le extrañaba que desapareciera todo el día, o que se quedara a dormir en mi casa o de verme en la suya todo el tiempo.
Tratamos de aprovechar al máximo aquel fin de semana después de año nuevo, porque ya el lunes debíamos volver a clases.
Y yo seguía sin saber de Uriel, cosa que me preocupaba y me alegraba a la vez.

Luego de estar todo el domingo tirados en el garaje de Billie nos acordamos de las clases al día siguiente.
- ¿Vas a ir a clases mañana?- me preguntó Billie
- Sí ¿Por qué no?
- Porque el primer día después del receso de invierno no hacemos nada, es día perdido.- me explicó
- Extraño tener algo que hacer por las mañanas y levantarme temprano.- comenté, y él junto con Mike me miraron extrañados.
- Debe ser una broma- sentí la voz de Billie, pero en ningún momento pareció haber movido la boca.
- ¿Dijiste algo?- le pregunté un poco extrañada.
Billie negó sorprendido, y no quise insistir. Tal vez sólo había sido mi… imaginación o algo así.
- Dime que no estás pensando en faltar ya el primer día.- le pedí
- No estoy pensando en faltar el primer día- dijo obedeciéndome, como un niño pequeño
- Hablo en serio Billie.- sabía que estaba pensando en faltar para hacer cualquier estupidez.- Terminarás repitiendo el curso si faltas más, ya te lo advirtieron.
- Tiene razón- se metió Mike
- A ti también te lo dijeron- fue mi turno de mirar a Mike- No sé qué pretenden, de verdad…
- Pasarlo bien- respondió Mike con simpleza- No todos somos tan … perfectamente responsables como tú.
- Como sea, mañana tienen prohibido faltar, en serio.- le dije a ambos.- Tú en especial
- ¿Por qué yo?- inquirió Billie
- Porque tú eres el especialista en… llevar a la gente por mal camino.
- Y ahora suenas como mi mamá-

Me quedé paralizada y sin saber qué decir. Billie no había movido la boca en absoluto, pero aún así pude escuchar claramente lo que… ¿pensaba?

- ¿Qué te pasó? ¿Dónde está el fantasma?- preguntó Billie, riéndose.
- Me acordé de algo…- alzó una ceja.- Creo que hoy llega U…. perdón, mi papá.
- ¿Hoy?
- Parece, no me acuerdo bien si llegaba esta semana o la próxima.

Mike y Billie asintieron. Para ellos no significaba nada que Uriel llegara; incluso se extrañaron de que no estuviera alegre. Había pasado casi un mes desde que no estaba en la casa (sin contar la visita Express en navidad),  pero aún así no era suficiente como para extrañarlo o algo así.

No volvimos a hablar más de ese tema, o de la escuela ni nada. Nos quedamos en completo silencio hasta que ya se hizo lo suficientemente tarde como para volver a mi casa.
No dejé que Billie me fuera a dejar, no quería sentir sus pensamientos… No quería intrometerme en su mundo y no quería confusiones.
Nos despedimos ahí mismo y le hice jurar que iría a clases.

En cuando llegué esperé ver a Uriel en la casa pero no estaba, y tampoco llegó a la mañana siguiente.
Pensé que era extraño pero no le di la importancia que tal vez requería y me fui al colegio.

En el camino me encontré con Billie y nos fuimos de la mano hasta que entramos. Me sentía un poco nerviosa cuando llegamos y todos nos miraban, sonriendo o susurrando cosas al de al lado.
El camino desde el portón de entrada hasta la sala nunca se me había hecho tan largo; y me sentí completamente sofocada por la vergüenza cuando Billie me besó en frente de todos nuestros compañeros cuando entramos en la sala.
Mi cara estaba completamente sonrojada, y a Billie no parecía importarle.
Al contrario de los demás en el patio, nadie parecía sorprendido de vernos juntos.
Incluso me llegaron varias notitas de las personas con las que hablaba que decían “ya era hora”, “sabía que se verían lindos juntos”; o cosas así.
Pero aparte de eso, el día transcurrió normalmente.

Nos dieron un montón de tarea en casi todas las asignaturas y nos fijaron pruebas para la semana siguiente en Matemáticas e Historia.
A Billie casi le da un colapso nervioso al tener que hacer tantas cosas (porque sabía que lo iba a obligar a hacer al menos una tarea por día).

-No pienso hacer nada de Física, lo siento pero me rehúso.- me dijo cuando estábamos entrando a mi casa.
-Entonces te aplicas en matemáticas, química y biología.- me miró con sumo odio. Le di un beso y pareció no odiarme tanto- Es por tu bien, en serio.
-Como sea… creo que…te están esperando.- comentó cuando entramos a la sala.
Me di vuelta y me encontré con Uriel, mirándome con atención. Billie se separó un poco de mí y me dejó avanzar sola.
-Hola.- me dijo bastante alegre.
-¿Qué… qué haces aquí?-
-Te dije que volvía hoy- me respondió con una sonrisa demasiado exagerada.
-Cierto….
-Simula algo de alegría- sentí ese susurro nuevamente.

Me acerqué y lo abracé fuerte, en ese momento sentí un frío recorrer toda mi espalda, y me sentí mareada porque los pensamientos de Billie se agolparon con fuerza en mi mente. Tuve que hacer un esfuerzo para no caer cuando me separé.

-Hola Billie.- le dijo Uriel, extendiéndole la mano.- ¿Cómo estás?
-Bien, gracias. ¿Y usted?- se veía nervioso, lo que me causó gracia, igual que a Uriel
-Bien, aunque algo cansado- se quedó pensando un momento- ¿Te molestaría si me la robo por un segundo?- me señaló- No tardaré mucho, si quieres la esperas aquí.
-Claro.

Uriel asintió y caminamos juntos hasta la cocina.
-Veo que decidiste estar con él.- Ni siquiera me esforcé en preguntarle cómo sabía. Mi mente era un libro abierto para él.
-¿Te molesta?
-En absoluto, te he notado más alegre
-¿Me has notado? ¿Cómo?
-He venido un par de veces, sin que te des cuenta.- alcé una ceja.- No te iba a dejar completamente sola, no podría…- Asentí.
-Sé que tienes que decirme algo desagradable.- le advertí.
-No es tan desagradable la verdad, pero implica tomar decisiones.
-Espera… ¿Dónde estuviste todo este tiempo?- necesitaba saber eso por lo menos. 
- Abajo- Comprendí de inmediato, mi rostro se tensó rápidamente.
- ¿En serio?
- Sí, y no fue algo tan desagradable…- me sonrió, y yo aflojé la expresión de mi rostro- Fui a buscar respuestas por lo de la conexión…
-¿Y?
-Quedé un poco confundido al principio, pero resulta que… tu destino era estar con Billie; eso lo sabes. El asunto es que… no sé si por error o no sé las cosas no se dieron cómo debían. O al menos eso es lo que nos dicen, pero ellos, los de abajo me explicaron que… tal vez de esta manera es como debían pasar las cosas.
-No entiendo.
-De vez en cuando, y no sé porqué; hay casos que escapan de… las manos de quien se supone coordina todo. Casos en que el destino le dobla la mano incluso a ese Dios omnipotente. ¿Comprendes?
-Creo.
-El asunto es que…Esto ya pasó una vez, pero la solución no fue fácil.
-Explícate.
-En resumen, los de arriba deben admitir que no son tan perfectos, y tienen que ceder un permiso especial para volver.
-¿Volver?
-Sí, para volver a ser humano- mis ojos se iluminaron- o casi humano al menos, algo parecido.
-Pero…- siempre tiene que haber un pero.
-Puede demorarse mucho tiempo, y puede que no te lo den, y que te castiguen (y a mí también ya que estamos) y no puedas volver aquí nunca más, y Billie quede completamente destrozado.
Asentí. 

-¿Qué decisión debo hacer exactamente?- inquirí confundida, si me lo había dicho no había entendido nada.
- Si deseas arriesgar todo por esa audiencia especial para darte el persimo, o seguir como si nunca hubiese pasado nada, con el plan original y cumplir tu “misión” y ascender.
Procesé la información.
Respiré profundamente, y luego inquirí:
- ¿Cuándo debo decidirme?- tragué saliva con algo de esfuerzo- ¿Ahora?
-  No, tu primera evaluación será en Febrero, supongo que podría ser un buen momento para comunicarlo si decides enfrentarlos.
-O sea, tengo un mes…-
-Para decidirte, y para terminar lo que sea que tienes con Billie Joe--eso me cayó como un balde de agua fría
-¿Por qué?
-No puedes estar con él; y si saben que rompiste una regla será todo más difícil. 
- Pero puedo decirle cuando se cumpla el plazo… o en un par de días…

Iba a seguir hablando, pero me vino un mareo insoportable, muy intenso y los pensamientos de Billie se hacían insoportables

-Espera… Billie tiene que irse y…
-Mejor, deberías explicarle que ya no puedes seguir con él.- Mierda.

Billie entró en la cocina, para avisarme que mejor se iba (o al menos eso alcancé a entender de sus pensamientos) pero justo cuando estaba entrando, Uriel pronunció esa  última frase.
Lo odié con todas mis fuerzas. 

-Era necesario- me decía mi… “guardián” mentalmente repetidas veces.
Me di vuelta despacio y la cara de desconcierto y decepción de Billie era evidente. No quería encontrarme con sus ojos, y tener que darle respuestas. Pero… era necesario.
Respiré hondo y estuve dispuesta a enfrentar lo que fuese con al de poder estar con él como era debido. 

Tardé unos segundos en darme vuelta; y Billie no tenía intenciones de decirme algo…lo que realmente me ponía nerviosa.

- Creo que mejoraos dejo solos para que puedan conversar.- dijo Uriel, pero lo tomé del brazo antes de que avanzara
- Te guste o no le contaré todo- le advertí con la mirada fija.
- Sólo si confías en que no dirá nada- asentí y dejé que se fuera.

Billie me miraba inquisitivo. Mi nerviosismo estaba al máximo y más encima tenía que soportar sus pensamientos, me estaban volviendo loca. 

- ¿Podrías dejar tu mente en blanco aunque sea por un segundo? Me estás mareando.
- ¿De qué estás hablando?
- Olvídalo.- hice una mueca-
- ¿De qué estabas hablando con tu papá? ¿Escuché mal?
- No, escuchaste bien… perfecto.- Mi voz sonaba quebradiza.- Según él debemos terminar.
Silencio. Ese maldito silencio que se adueña de las situaciones incómodas.

- ¿Por qué?
- Tenemos que volver de donde vinimos, al menos por un tiempo pero no sé cuánto será
- ¿A New York?-
- No… a otro lugar… pero no importa…
- ¿Le harás caso?
- Se supone que es lo mejor.- respondí, pero sus pensamientos nuevamente me marearon tanto que casi perdí el equilibrio.
Sentí que Billie me tomaba de la cintura, pero quité sus manos de mi cuerpo.

- ¿Estás bien?
- Sí, no te preocupes.- asintió.- Ahora… necesito saber si quieres saber la verdad por muy estúpida que pueda sonar y prometas creerme y no decirle a nadie, o quedarte con la versión más racional.
- ¿Qué?
- Eso… sólo decide y no pienses tanto.
- La verdad, supongo…
Suspiré.
- Puedo sentir todo lo que piensas, por eso me mareo así que te voy a pedir que, aunque sea muy difícil; pienses en la menor cantidad de cosas que puedas.
- No necesito bromas en este momento.
- No estoy bromeando. No pienses que estoy loca, y tus putas canciones no tienen nada que ver aquí así que no pienses en eso.
Billie empalideció.
- Piensa en cualquier cosa, en lo menos obvio que se te ocurra.- cerró los ojos- Puedo adivinar los números si quieres, puedo saber en qué lugares piensas, en los nombres que vas a pensar; y sí Billie, fumar marihuana es peor que fumar cigarrillos.
- ¿Cómo…?
- Por favor no te desmayes.- le pedí. No estaba segura si estaba haciendo lo correcto, pero… no sabía cómo hacerlo de otra manera.-
- ¿Desde cuándo?
- Desde que llegué.
- ¿Qué?
- Desde que llegué, desde que te conocí he sabido lo que piensas, excepto las últimas semanas en que Uriel no estaba.
- ¿Cómo?
- Esto es lo más raro que puedas escuchar en tu vida. Por favor no te desmayes- volví a pedírselo, casi implorando que no lo hiciera. Asintió, y su mente por primera vez estaba centrada sólo en las palabras que yo estaba diciendo. Cerré los ojos y junté el valor para poder hablar.- Fallecí hace cinco meses si no me equivocó. No pude ascender a lo que la gente llama “cielo” y tú eras mi misión; salvarte me daría el paso a… la vida eterna, la felicidad, el locus amoenus y ese tipo de cosas.
- ¿Qué… eres?
- Cuando me tatuaron las alas me convertí en… ángel.
- Esto es una broma.
- No, sería agradable que sólo fuera una broma, pero es algo bastante serio.
- ¿Entonces Uriel no es tu papá?
- No, un arcángel.- Me miró extrañado- Un ángel que ayuda a otros ángeles.

Asintió.
Estaba procesando toda la información.
- Supongamos que te creo, y no pienso que debería llevarte a un psiquiátrico de inmediato…
- Sabes que estás bastante convencido, aunque no quieras admitirlo
- Como sea… ¿Por qué tienes que irte?
- Porque quiero estar contigo, como nunca pensé que iba a querer estar con alguien.
- Estamos juntos hace menos de una semana.
- Lo sé; créeme, pero hay un detalle que, al menos para mí es importante.
- Y es…
- Nuestra conexión. No era normal que me tocaras y sintiera tanto dolor, o que pudiera sentir tus pensamientos aún estando lejos de ti; y ese sueño en el que me viste  cuando yo no tenía la posibilidad de entrar en tu mente significó algo.- Billie no comprendía del todo. - Eso no importa ahora en todo caso. El asunto es que… debo volver, pero no ahora. En un mes más; pero Uriel dijo que no podíamos ser nada en todo ese tiempo.
- ¿Por qué no?
- Porque es una orden para los ángeles no involucrarse con los humanos.- Recité casi de memoria, como Uriel me lo había explicado tantas veces.
 -¿Qué pasa si estamos juntos este mes? Si me olvido que eres… un ángel y te olvidas tú también.
-Si los demás se enteran nunca tendré el permiso para volver… y no sé qué sería de ti, o de mí. Puede que mis sueños se cumplan
-¿Qué sueños?
-Mis premoniciones.- expliqué- Las que consisten básicamente en lo que será tu vida si no cumplo mi misión.
-¿Pero qué sueñas?
-Tu muerte.- su corazón se aceleró.- Pero no te daré detalles.
-Mucha información para un solo día.

Asentí. Billie se quedó en silencio, y yo aproveché para hacerle un agua con azúcar.
 Supe de inmediato que le costaría asimilar todo, que tendría mil preguntas y que estaba considerando seriamente que todo era un sueño, algo demasiado irreal.
Obviamente lo comprendía absolutamente.
Le di el vaso con azúcar, el cual agradeció y luego me senté junto a él en la cocina. 

-Puedes quedarte aquí hoy y hacerme todas las preguntas que tengas, me puedes pedir lo que sea… pero sólo por hoy.- le dije acariciando su mano.
-¿Uriel no se enojará?
-Sabe todo lo que estamos hablando y no nos ha interrumpido, ni me ha regañado; creo que está bien con esto.- Volvió a mirarme desconcertado.- Tiene acceso a mi mente.
-Yo también quiero ese free-pass.- me dijo y supe que su humor estaba algo mejor.
-Créeme, no es algo tan agradable.- sonreí.- Y gracias por controlar tu mente, de verdad me tenías loca.

Asintió y bebió lo último que le quedaba. Estuvimos bastante rato en silencio. Yo no me atrevía a hablar, y Billie no sabía qué decir.
Mi ventaja era que al menos yo podía saber en qué pensaba y responder algunas cosas que pasaban por su mente.
Luego de un rato decidimos subir a mi habitación y me dispuse a responder sus preguntas y tratar de que entendiera, aunque fuera bastante difícil; toda esa caótica situación.

3 comentarios:

  1. AL FIN ♥
    No quiero que terminen, y no me acuerdo si lo hacían o no D':

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  2. Si estuviese en el lugar de Billie me hubiese muerto en ese mismo momento por exceso de información extraña para los humanos xDDD NO QUIERO QUE SE SEPAREN!

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  3. Mucha información junta para BJ! Mmm...algo recuerdo de lo que vendrá pero son vagos recuerdos así que...la gente quiere más xD

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