Rest: Capítulo 16

Separarme de Sussan fue algo realmente difícil, para ambos al parecer.

No sé cuantos minutos estuvimos así, sólo sabía que se sentía demasiado bien. Fue algo   especial; un beso que no perdió intensidad en ningún momento mientras nuestros labios seguían juntos.

Cuando al fin logramos separarnos, noté cierto brillo en sus ojos (que supuse también tendrían los míos) y no pude evitar sonrojarme. Llevé una mano a mis labios y me quedé mirándola, como si nada fuera más importante que ella. 

Lo primero que noté fue que también se sonrojaba al sentir mi vista en ella; agachó la mirada  y se alejó. 

- Lo siento… yo.. no…- empezó a decir, pero las palabras se le quedaban a mitad de camino. Quise callarla con un beso, pero ella se apartó rápidamente sin responderme; y muy por el contrario a mí, se notaba triste, arrepentida.

- Ehm… no te preocupes.- le dije, acariciándole el rostro con el dorso de mi mano. 

No me atreví a hablar en ese rato, y ella tampoco parecía tener intenciones de hacerlo; el ambiente se había tensado rápidamente

 ¿Qué debía decir o hacer? Estuve pensándolo algunos minutos, hasta que decidí hablar porque si no lo hacía podíamos congelarnos ahí afuera y nadie diría nada. 

- No entiendo este silencio incómodo.- dijo Billie de repente.- Me gustas, y eso es bastante obvio. 

- Ok…- fue lo único que dije, y ni siquiera quise mirarlo. Simplemente no podía, tenía prohibido establecer lazos con él, específicamente con él. Si le confesaba que a mí me gustaba aún más hubiese violado un centenar de reglas.

Pero Billie seguía esperando cualquier otro tipo de respuesta de mi parte, pero justo apareció Mike. 

- ¿Interrumpo algo?- preguntó Mike al asomarse por la puerta

- Sí

- No.- dije al mismo tiempo que Bilie

- ¿Entonces…?- inquirió con algo de risa.- Lamento interrumpirlos, o lo que sea.. pero fue porque se estaban tardando mucho

- Íbamos a entrar justo ahora, sólo un segundo- le pedí, ante lo que asintió y nos volvió a dejar solos, aunque antes de irse a la sala, le dio una mirada extraña a Billie, la que no supe interpretar. 

- ¿Sabes?- me preguntó Billie, haciendo que fijara mi vista en él.- Está bien que no sientas lo mismo por mí, yo sólo quería que lo supieras. 

- ¿Y Jenny?- solté de inmediato.

- ¿Es en serio? Pensé que tú, de todas las personas, notarías que eso era una completa pérdida de tiempo,

- ¿Y terminaron hoy y ahí te diste cuenta que sentías “algo” por mí?-

- Algo así…

- Mira, ni siquiera tú estás seguro, y está bien… pero no me siento bien y no tengo ganas de hablar de esto ahora..

- Lo siento

- No importa. Y creo que podríamos hablar de esto otro día… ¿te parece? Me gustaría ordenar mis pensamientos un poco. 

- Si quieres.. puedo venir en la semana, o mañana… ¿te parece? Espero que a tus papás no les moleste

- Sólo vivo con mi papá.- dije tratando de sonar convincente.- Y se fue de viaje por algunos días…

- Ok.. entonces… ¿mañana?

- SI tú quieres, por mí está bien. Ahora vamos adentro, que Mike debe estar aburridísimo

- ¿Prefieres que nos vayamos para que estés tranquila?- me preguntó, y no sé cómo pude hablarle como si nada pasara.

- No lo sé, si quieren se quedan un rato, voy a preparar café

Billie asintió y luego me abrió la puerta de la cocina. Estuve conciente de que no dejó de mirarme en todo el rato que estuvimos preparando el café; por lo mismo no quise mirarlo, sabía que me encontraría con sus ojos fijos en mí y eso no sería bueno…Estaba conteniéndome al máximo para no sucumbir ante él; y por lo que lo conocía y notaba en sus gestos, Billie hacía lo mismo. 

Pude respirar más tranquila cuando terminé de preparar el maldito café y volvimos a la sala con las tazas humeantes y algunas galletas. 

-¿Se puede saber de qué hablaban tanto afuera?- preguntó Mike luego de un rato, e inmediatamente Billie le lanzó una mirada prácticamente asesina. 

-Eh.. de cosas…- respondí sin saber qué decir.

-Nada que te importe.- dijo Billie más… serio y antipático. 

-Como sea… ¿les conté que quedan como dos semanas para navidad y aún no sé qué regalarle a Jess?- dijo Mike, desviando la conversación; lo que agradecí profundamente

-Un buen disco, es lo mejor.- mencionó Billie

-No le gusta mucho la música…

-Algo tierno entonces. Un peluche, un globo de esos brillantes… ya sabes, a todas las mujeres les gustan ese tipo de cosas.- dije dando mi opinión de… “mujer”

-No suelo regalar ese tipo de cosas.- dijo Mike

-Era sólo una sugerencia-advertí

-No te preocupes, mañana mismo irá a ver peluches y globitos brillantes.- me susurró Billie al oído.

Vale decir que en ese momento creí haber muerto (sí, de nuevo); pero el resto de la tarde todo pasó como si nada. Los chicos se quedaron conversando, matando el tiempo hasta que ya había oscurecido. 

-Nos vemos… ¿mañana?- me dijo Billie, ante lo que asentí.

-Nos vemos.- me despedí de ambos. 

Salieron, hablando de no sé de qué y cerré la puerta. Luego me dejé caer hasta el suelo, con una fuerte presión en el pecho y unas ganas indescriptibles de gritar tan fuerte como mis pulmones resistieran. 

En vez de eso maldije unas… ¿mil veces? Y cuando ya me calmé, me puse a ordenar para desviar mis pensamientos. 

Retiré los platos y tazas, y los llevé a la cocina. No era necesario que ordenara, pero necesitaba hacerlo por mí, para relajarme un poco. 

Aunque me sentía un tanto sola, así que fui de nuevo a la sala para poner música, pero cuando me acerqué al mueble donde estaba el equipo de música y encontré a un lado el gorro de Billie Joe; uno de lana negro que usaba debajo del gorro del polerón. 

Lo primero que cruzó mi mente fue ir a dejárselo, pero debía ir bastante lejos de la casa como para hacerlo, además… se suponía que no me sentía bien como para salir, así que lo dejé donde mismo y me fui a lavar la loza. 

Una vez que terminé me quedé sin nada que hacer, por lo que me tiré en el sillón e inconcientemente tomé el gorro de Billie.

Pude percibir su aroma… su aroma y su esencia me transportaron de inmediato a aquel beso; a esa estática, química, lo que fuese que recorrió mi cuerpo violentamente…