Rest: Capítulo 5

Por lo antisocial y apático  que suelo ser había olvidado lo agradable que era conocer a alguien agradable. Por suerte en la última semana lo había recordado gracias a Sussan, quien siempre me sorprendía ya que teníamos varios gustos en común, y con el pasar de los días ya no me sentía tan incómodo mientras hablábamos.
Creo que nos llevábamos bastante bien porque ambos éramos algo antisociales.
Ella era igual de invisible para el resto del mundo que yo. No hablaba con demasiadas personas, y si faltaba algún día lo más probable era que sólo Mike y yo lo notaríamos.
Como sea, cuando Mike andaba con su amiga-novia-lo que sea yo andaba con Sussan, quien era bastante genial, y me acompañaba en los ratos de soledad en que mi mejor amigo se olvidaba de mi existencia; además parecía entenderme bien, aún cuando ni yo mismo sabía explicarme.

- No sé, lo de Jenny es raro.- le comenté un día de la semana siguiente a la que había llegado.
- ¿Por?
- Me gusta, y daría todo por ella… pero no puedo decírselo
- ¿Has pensado en hacerlo?- le pregunté como si no supiera qué pensaba.
- Sí, pero no me imagino cómo reaccionaría.
- ¿Te urge mucho estar con ella?
- Me gustaría estar con ella, pero no es algo de vida o muerte- le respondí, rascándome la cabeza.
- Entonces, espera el momento más adecuado.
- ¿Y cuándo sería eso?
- ¿Cómo voy a saberlo yo?- inquirí con algo de risa, y volví mi vista a Billie.- Tonto
- ¿Tonto?- inquirí “indignado”

Sussan sólo rió, evadió un rato el tema y luego seguimos hablando.
- ¿No conoces a muchas personas aquí?
- Los conozco casi a todos.- respondí, con una mueca
- ¿En serio?
- Yep
- Es raro, o sea… pareciera que fueras nuevo igual que yo
- Soy antisocial- le respondí, y le ofrecí de la gaseosa que estaba tomando.
- ¡Oh! Tengo poprocks.- se sobresaltó, y empezó a buscar los dulces en su bolso.
- Ésos te matan con gaseosa
- Matan con coca-cola- me corrigió- Y ésa no es coca-cola
- Es lo mismo. Es por el gas
- Probemos.
- Si muero, será tu culpa
- No vas a morir.

Morir no era exactamente un problema para mí, pensé. Aunque realmente no creía que fuera verdad eso de mito urbano.

Después de un rato de hurgar en mi bolso como demente, los encontré.
Expectante, Billie recibió un poco en la palma de su mano; luego me miró con desconfianza.
- Damas primero
- Cobarde.
Me eché poprocks a la boca, e inmediatamente gaseosa. Esperé unos segundos y sentí las explosiones en mi garganta. Cerré los ojos. Era un poco desagradable, pero no para morirse. Solo tuve que tener cuidado de que no saliera algo de la mezcla por mi boca, o peor aún por la nariz.
- ¿Y?- preguntó Billie
- ¿Y qué? Aún estoy viva
- Dah.- exclamó, burlándse
- Te toca.
- Bueno.

Si a Sussan no le había pasado nada, a mí tampoco. Era lo más lógico ¿cierto? No podía ser tan cobarde la verdad…

Me eché los poprocks y después la bebida.
¡BANG!
No alcancé a tragar cuando sentí todas las explosiones intensificadas por el gas de la bebida (supongo) en mi boca.
No sé porqué, pero me dio risa o algo así y no pude evitarlo; todo lo que tenía en la boca salió de repente sin poder controlarlo. 

Sussan comenzó a reír como una loca. De verdad.
Y yo, muriéndome de vergüenza mientras ella disfrutaba la función de verme con toda la cara llena de gaseosa y restos de poprocks

Estaba realmente avergonzado, pero Sussan lo encontraba de lo más chistoso y a pesar de lo mucho que me cohibí no paraba de reír.

- Lo siento.- le dije cuando logró calmarse
- Olvidé advertirte sobre eso.- me dijo
- Al menos no estoy muerto
- Claro, aunque debiste haber visto tu cara. Estarías muriendo de la risa
- Súper chistosa

Me quedé en silencio, pero ella no podía contener la risa nuevamente. ¿Hasta cuándo pensaba seguir así? Si no había sido tan chistoso… o al menos yo no lograba ver el chiste.
Nunca la había visto reírse con tantas ganas. De verdad.

El resto de la hora de almuerzo no hicimos mucho, después de que Sussan dejó de reírse, claro.
Nos reímos de estupideces, y programamos volver a mezclar y gaseosa, pero esta vez con Mike.
Todo genial hasta que sonó el timbre para volver a clases.

-¿No piensas moverte? Vamos, no queremos llegar tarde
-¿En serio? Hasta donde yo sabía, a mí me da igual.
-Vamos.- me dijo Sussan y tomó mi mano para obligarme a levantarme, pero me soltó rápidamente, como si hubiese recibido un golpe eléctrico o algo así.
-¿Pasó algo?
-Nada- mentí y traté de poner mi mejor cara para no demostrar el dolor que sentía.
¿Qué había sido eso? Al tocar a Billie fue exactamente como él lo pensó. Algo como una corriente eléctrica hizo que me alejara de inmediato de él; y me dejó con todo el brazo adolorido, sintiendo algo quemándome constantemente. No había pasado antes…
Ahí recién me di cuenta de que nunca lo había tocado como para haberlo notado. Ni un apretón de manos, un beso en la mejilla. Nada. Sólo breves abrazos donde jamás nos habíamos tocado directamente.
-Uriel…- debió advertírmelo.
-¿Qué? ¿Quién es… Uriel?
-¿Ah?
-Acabas de nombrarlo.

-Pensaba en voz alta.- le respondí.- Y Uriel es mi papá.
-¿Uriel? ¿Qué tipo de nombre es ése?
-Uno mejor que “Billie” para un chico, obviamente.
-Chistosa…

Avanzamos a la sala de clases. No volvimos a hablar del tema, aunque Billie no debía decirlo para que yo lo supiera. Había quedado pensando en mi reacción por algunos minutos, pero luego se le quitó.
Recuerdo que ese día estábamos bastante comunicativos, como nunca antes en clases al menos. Estábamos hablando de… Mike parece, hasta que sentí la voz de alguien más en mi cabeza.
Era la profesora de Artes Visuales, quien pensaba en retarnos a Billie y a mí.
Antes de poder advertir algo, ya estaba dirigiéndose a nosotros.
-¿Cómo pueden ser tan irrespetuosos? Rara vez les pido algo de atención para dar instrucciones y ustedes no pueden quedarse callados. Es el colmo… Billie ¿qué fue lo último que dije?
-¿Que era el colmo que no prestáramos atención?- No pude evitar reir.

-Me refería alo último que dije sobre lo que tenían que hacer.-
Billie maldijo en su menté. Trató de recordar algo, pero nada. No tenía idea de qué estaba hablando la profesora de Artes.

-Lo supuse… ¿Y usted señorita?
-Dijo que debíamos hacer una reproducción al óleo de algún artista de la lista.- señalé la pizarra.- y… que una vez elegido lo que queríamos hacer compráramos los materiales. Y dio la dirección de una librería en Berkeley para encontrar buenos óleos, y económicos.

Billie se sorprendió, se preguntaba cómo había logrado prestar atención….

-Ah… se me olvidaba; también dijo que el trabajo podía ser en pareja.

Todos los de la clase se quedaron en silencio, esperando la reacción de la profesora. Sussan estaba de lo más normal, pero se notaba que la maestra estaba con la sangre de lo enojada que estaba.
Se volteó luego de unos segundos, y no le dijo nada a Sussan; quien era mi compañera de banco desde que Mike se empezó a sentar con Jessica. 

-Muy bien. Las instrucciones están bastante claras entonces. Los libros con obras están en la mesa para que puedan elegir…
-¿Cómo hiciste eso?
-¿Qué cosa?
-Poner atención mientras hablábamos.
-¿No has escuchado que las mujeres podemos hacer más de una cosa a la vez?
-Nunca lo había comprobado
-Ahora sí.- le respondí con una sonrisa.
-Al parecer te ganaste el odio de la profesora.
-Me da igual…. ¿Quieres ser conmigo?
-¿En lo de la pintura? – asentí ¿qué más iba a ser?- Soy pésimo pintando, de verdad.
-No te pregunté eso… ¿Quieres ser conmigo?
-Bueno… pero que conste que te advertí que para pintar soy un asco
-Entonces vamos a elegir algo fácil.

Billie Joe asintió, y fuimos juntos a ver las pinturas. Él no se dio cuenta, pero Mike lo miraba esperando poder cruzar su mirada con la suya para decirle algo, al igual que Jenny, y más de diez personas en el salón que nos siguieron con la mirada. No, Billie no se daba cuenta de nada, pero yo sí.

Las personas tienen un talento para imaginarse cosas donde no las hay, eso estaba más que claro, y lo comprobé cuando todos empezaron a pensar en Billie, haciendo que sus frecuencias se encontraran con mi recepción, haciendo que me mareara levemente por lo saturada que estaba con tanta “información.
No le dije nada a Billie sobre las demás personas, pero debíamos conversar sobre Jenny.
Pude sentir bastante hostilidad hacia mí.
Tenía que dejarme de estupideces, y dedicarme a lo que debía, centrarme en el plan para no arruinarlo todo.