sábado, febrero 19, 2011

Rest: Capítulo 8



- Lo siento.-
Billie dejó de escribir. Había pensado en redactar una carta. Una despedida, sus últimas frases… pero no. No quería pensar. No quería arrepentirse.
Miró a su alrededor. Las fotografías de los dos pequeños que sonreían mirando la cámara.
Bajó la mirada. Ellos no tenían la culpa, pero aún así… ya no podía seguir. Había aguantado demasiados años, demasiadas discusiones, demasiados sueños, demasiado. Simplemente eso.
Nadie merecía lo que él estaba viviendo, el infierno en que se había convertido su vida.

- Como voy me estoy matando lentamente de todas formas.- dijo en voz baja al aire, a las paredes.
Su esposa pasó por su mente un segundo. Pero la apartó. No quería recordarla. La quería, y demasiado; sabía que su decisión le afectaría profundamente… pero no podía hacer nada.

Todo estaba decidido. Por primera vez en mucho tiempo iba a hacer algo por él. Por sus verdaderos sentimientos.
Quería encontrar la felicidad que pensó tener y que … le habían negado años atrás.

Los pensamientos en su mente se volvieron muy confusos. El cuarto se oscureció. Las pastillas sobre el velador. La receta que había conseguido para comprar unas lo suficientemente fuertes para que al tomarlas ya no hubiera vuelta atrás  yacía arrugada a un lado del basurero.

No se había despedido de su madre. Ni de sus amigos. De nadie.
Pensó que sería mejor así.
Nadie sospechaba. Sus sonrisas vacías lograban convencer a todos, en parte porque nunca (o muy pocas veces) habían podido ver una verdadera, una sonrisa llena de felicidad.

Tomó las pastillas en su mano. Las depositó en su boca y tomó un poco de agua. Luego se echó una más, y otra, y otra… dejando el frasco vacío.

Tuvo la intención de sacar el frasco, botarlo, tirarlo lejos. Pero no pudo. Sintió náuseas al cabo de unos pocos minutos, por lo que se recostó en la cama matrimonial de su habitación, sabiendo que si vomitaba todo se desperdiciaría.

De a poco sintió que todo daba vueltas. Una especie de enredadera lo tomaba y lo levantaba de la cama.
No estaba asustado.
Las ramas crecían, abarcando todo el lugar hasta envolverlo por completo.
Quedó completamente en blanco. Como si hubiesen apagado su cerebro con un interruptor. Nada más. Por siempre

-¿Qué mierda?- Desperté casi gritando.
Sentía que la cabeza me iba a estallar, y un sudor frío bañaba mi frente. Tenía el ritmo acelerado.
Me senté en la cama, esperé un rato y ordené mis ideas.
¿Desde cuándo podía soñar? ¿Y desde cuándo soñaba con Billie Joe?

Se veía diferente. Algunas arrugas, pelo más corto. Pero en esencia era el mismo. La misma forma de moverse, la misma forma de pensar.

-¿Qué pasó?- inquirió Uriel cuando entró a mi habitación, alertado tal vez por los gritos (que en ese punto no sabía si habían sido sólo mentales o si de verdad los había verbalizado)
-Soñé con Billie.- le dije.
-¿Qué soñaste?
-Que se mataba.
Eso bastó para que me entendiera. Lo supe por los pensamientos que estaba analizando en mí.
Recorrió (junto a mí) todo lo que había soñado. Incluso se fijó en detalles que yo me había saltado.

-¿Qué pasa?- tenía una cara de preocupación. Grave
-Estás haciendo algo mal
-¿Qué? ¿De qué se trata todo eso?
-Son advertencias.
-¿Premoniciones?
-Algo así…pero no te preocupes de eso ahora. Descansa, tranquilízate.

Asentí. Traté de encontrar a Billie, sus pensamientos… pero no pude.

-¿Él está bien?
-No lo sé. No creo que haya soñado lo mismo, si es eso a lo que te refieres. Le preguntas algo mañana.

No le respondí. Me volví a acostar y me quedé abrazando mis piernas el resto de la noche. No podía conciliar el sueño…
Estaba atando cabos.
Comprendí qué debía evitar. Debía evitar que Billie se suicidara, lo encontré algo obvio. ¿Pero por qué? ¿Qué lo llevaba a hacer eso?
Fue horrible verlo así. No podría explicar la expresión de su rostro. Sus ojos llorosos, delgado, con ojeras… mal.

Tenía que ver conmigo lo que había soñado, también lo encontré obvio. Pero nuevamente no sabía qué hacer para contribuir…
¿Eso podía producir el no tener a la persona adecuada en tu vida?
No, no era posible. Tenía que ser algo más. Tenía que ser algo que se mostrara en el sueño y Uriel, yo, y los demás nos estábamos perdiendo. Algo tan importante que se nos pasaba por alto.

Al día siguiente, pensé que tendría ojeras (por la falta de sueño), pero me levanté y al ir al baño noté que estaba exactamente igual. Mi piel lisa, clara, la envidia de toda adolescente.
Me bañé, me cambié ropa (yeap, de vuelta al negro ¿recuerdan?) y me fui al colegio.

Esperé que llegara Billie, algo ansiosa.
Se me olvidó por completo que había estado con Jenny el día anterior, pero él mismo se encargó de recordármelo mientras se acercaba a mí, ya que estaba pensando en contármelo, como si las palabras estuviera ejerciendo una enorme presión para salir.

Me contó todo con lujo de detalles. Tuve que volver a lo mismo de nuevo.

-Me alegro. Te dije que todo saldría bien.- le dije cuando terminó su relato- ¿Y cómo quedaron?
-¿A qué te refieres?
-A cómo quedaron después del beso. En volverse a ver, en hacer como si nada… ya sabes
- Ah.. no lo sé, no dijimos nada después del beso
-Eso significa que harán como si nada, hasta que se junten de nuevo, se besen de nuevo… bla bla bla. – le dije sin importancia.

Sólo asintió. Y aproveché para bostezar, exageradamente.
-Whow… ¿un poco de sueño?- me preguntó, casi burlándose.
-Bastante.- mentí.- No pude dormir en toda la noche. Pesadillas.
-Ah… conozco el sentimiento.-
-¿Muchas pesadillas?
-Casi a diario.- Torció su boca un poco.-
-¿Ayer igual?-
-No. Ni siquiera recuerdo qué soñé ayer. Estaba demasiado emocionado por lo de Jenny supongo. Me dormí en seguida
-Suertudo.- dije, fingiendo estar indignada.
No lo recordaba. Eso no me aseguraba nada, pero al menos no lo recordaba. Genial. Que él pase buenas noches mientras yo me desvelo pensando en él… 

El resto del día pasó casi sin novedades, las miasmas clases aburridas de siempre, y una constante voz que pensaba en Billie a cada rato, y que chocaba en mi cabeza como el zumbido debo una mosca molestosa e indeseable, el tono de la voz mental de Jenyy realmente me molestaba; y que Bilie estuviera ansioso por ella tampoco me agradaba.
Sé que era mi misión, que er alo que debía hacer pero Jenny era horriblemente manipuladora y no podría decir cuantas cosas tenían en común.
Pero el amor es impredecible e irracional, y nunca sabes de quien te vas a enamorar.

Pero como dije, el dií pasó casi igual sin contar las vocecitas de en mi mente.
No estuve mucho rato con Billie, ya que en los recreos había ido a hablar con Jenny en la parte trasera del colegio, y Mike estaba con Jessica así que no me quedó otra que sentarme sola por ahí los 20 minutos que duraban los recreos.

Sentí las miradas posadas en mí todo el tiempo, y me parecía extraño no poder saber qué pensaban los demás de mí, si debía estar todo eso en mi frecuencia,
Pero a veces es mejor no saber, seguir con mi [i]vida.
Además, el no saber lo que pensaban de mí me hacía sentir mucho más normal, más humana.

Estaba en el banco, y nadie se me acercaba… obviamente. No sé si por el prejuicio de mi ropa, o porque me tenían miedo o porque algo en mí hacia que nadie se acercara lo suficiente como para distraerme de lo que debía hacer.
Pero de cualquier modo me agradaba sentirme extrañamente normal, cohibida, sin saber por adelantado lo que decían de mí.

Pero la voz mental de Billie me llegaba claramente cuando no estábamos tan distanciados, y su única preocupación era Jenny. Creo que en algún momento del día empezó a escribir cosas en su cuaderno sobre ella, cosas como una canción.

Al final del día estaba algo nervioso, habían quedado en juntarse de nuevo y así lo hicieron.
Yo aún no salía de la escuela, así que Billie aúne estaba dentro de mi radar cuando sentí que la besaba, y una corriente de ira recorría lentamente todo mi cuerpo.

3 comentarios:

  1. Billie aúne estaba dentro de mi radar cuando sentí que la besaba, yba una corriente de ira recorría lentamente todo mi cuerpo.

    Sussan está celosa (8)

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  2. Woooow, Sussan ama a billie xd
    buen cap. :D

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